Un paseo por los negocios modernistas del centro de Barcelona que, como el Regina, conservan la esencia del tiempo. Comercios con historia y carácter que han sido reconocidos oficialmente como parte del patrimonio cultural de la ciudad.
Quedarse en el Hotel Regina es alojarse en uno de los edificios modernistas más emblemáticos del centro de Barcelona. Con más de cien años de historia, el Regina ha sido testigo de la transformación de la ciudad sin perder nunca su esencia. Y no está solo. Muy cerca, otros comercios centenarios comparten con él la misma distinción: la placa de Establiment Emblemàtic que otorga el Ajuntament a los espacios que forman parte del patrimonio vivo de Barcelona. Negocios que conservan su oficio, su estética original y una manera de hacer que hoy resulta excepcional.
Velas artesanas, guantes de piel, cuchillos, telas, dulces, infusiones naturales o abanicos pintados a mano… Tiendas donde el oficio aún importa, los detalles cuentan y la atención es tan personal como antes. Visitar estos lugares es descubrir una Barcelona diferente: más humana y profundamente auténtica. Desde el Regina puedes llegar a muchos de ellos caminando. ¡Aquí te dejamos una pequeña selección para empezar a explorarlos!
Cereria Subirà
Baixada de la Llibreteria, 7
Es la cerería más antigua de Barcelona y uno de esos lugares que parecen sacados de una postal. Abrió en 1761 y, desde entonces, ha iluminado la ciudad con velas de todas las formas, tamaños y colores. Su interior es de los que te hacen entrar despacio: madera oscura, techos altos, mostradores antiguos y estanterías que parecen no tener fin.
La Cereria Subirà lleva más de 250 años en el mismo sitio y conserva buena parte del mobiliario original. No hace falta comprar nada para disfrutarla, pero si lo haces, llévate una vela hecha a mano: es un pequeño trozo de historia barcelonesa que cabe en la maleta.
Sombrerería Mil
Carrer de Fontanella, 20
Entrar en la Sombrerería Mil es como teletransportarse a otra época. Fundada en 1856, es uno de los comercios más antiguos de Barcelona dedicados al arte del sombrero. Desde entonces, ha vestido cabezas de todos los estilos, desde damas modernistas hasta artistas, viajeros y vecinos fieles que aún pasan “a ver qué ha llegado nuevo”.
El local conserva una estética de película: vitrinas de madera, espejos envejecidos y estanterías llenas de borsalinos, cloches, boinas y canotiers. Si no usas sombrero, saldrás preguntándote por qué no lo haces. Y si ya eres de los que se animan, es probable que encuentres uno que se quede contigo por años.
Pastisseria Escribà (Antiga Casa Figueras)
La Rambla, 83
Aunque a simple vista parezca solo una pastelería, Escribà es también un pequeño museo modernista abierto al público. Su fachada, obra de Antoni Ros i Güell, conserva todo el esplendor de principios del siglo XX: vidrieras de colores, cerámica artesanal, letras doradas y detalles que invitan a mirar con calma.
Dentro, el legado de la familia Escribà combina tradición pastelera con toques creativos. Es un lugar ideal para probar dulces típicos como la coca de llardons, los panellets o sus famosas monas de Pascua, decoradas como auténticas obras de arte.
Gènere de Punt La Torre
Pl. de la Universitat, 4
En pleno centro de Barcelona, esta mercería centenaria mantiene vivo el arte del hilo, la aguja y el punto. Fundada en 1910, Gènere de Punt La Torre sigue atendiendo detrás de un mostrador de madera, con cajones infinitos llenos de botones, cintas, cremalleras y ovillos de todas las formas y colores.
Es de esos sitios que sobreviven porque su clientela no los olvida. Ya sean vecinos fieles o turistas curiosos, entran buscando algo específico y acaban descubriendo materiales que ya casi no se ven.
Ganiveteria Josep Roca
Carrer de Ferran, 14
Fundada en 1911, esta cuchillería es uno de esos comercios donde el tiempo se ha detenido para bien. Sus vitrinas de madera, sus herramientas expuestas con mimo y el conocimiento con el que te atienden recuerdan que aquí el producto importa, pero el oficio aún más.
Tienen cuchillos de cocina, navajas, tijeras de todos los tipos y también servicio de afilado, como antes. Entrar en la ganiveteria no es solo comprar: es una pequeña lección sobre materiales, formas y usos que probablemente no sabías que te interesaban. Un lugar perfecto para quienes valoran la artesanía útil.
Guantería Alonso
Carrer de Santa Anna, 27
Fundada en 1905, la Guantería Alonso sigue dedicada mayoritariamente a lo que indica su nombre: guantes. De piel, de encaje, largos, cortos, clásicos o con detalles inesperados. Los hay de todos los colores y están perfectamente alineados en vitrinas de madera como si fueran joyas. Además, la tienda ofrece una cuidada selección de abanicos y pequeños accesorios.
El interior conserva su estética original: mostradores bajos, espejos antiguos y una atención personalísima. En Guantería Alonso, cada guante está pensado para ajustarse con precisión. Más que un complemento, ahí el guante recupera su papel como símbolo de elegancia y saber estar.
Herboristeria del Rei
Carrer del Vidre, 1
Fundada en 1818, es la herboristería más antigua de Barcelona. Su interior es tan espectacular como su historia: estanterías de madera oscura, frascos de cristal con etiquetas escritas a mano, techos decorados y una sensación de calma que sorprende a pocos metros de la bulliciosa Plaça Reial.
En sus estanterías hay infusiones, remedios naturales, flores secas, jabones, aceites esenciales y fórmulas tradicionales que han acompañado a generaciones. Fue proveedor oficial de la Casa Real y aún hoy conserva ese aire de botica ilustrada donde cada producto parece tener su pequeña historia.
Todos estos establecimientos tienen algo en común con el Hotel Regina: comparten historia, carácter y una forma de mantenerse fieles a lo que son. Por eso, alojarse en el Regina es mucho más que dormir en el centro de Barcelona. Es despertar rodeado de negocios que llevan generaciones cuidando su oficio, en una ciudad que, a pesar del paso del tiempo, aún conserva rincones auténticos.