Con la cantidad de turistas de todas partes del mundo que visitan la ciudad cada año, es normal que Barcelona beba y se nutra de diversas culturas y, por tanto, tenga esa fama de capital abierta y cosmopolita. Sin embargo, hay algo que la hace diferente al resto y es que a los barceloneses les gusta mantener y cuidar sus arraigadas tradiciones populares. Esta mezcla de tradición y modernidad es la que define su verdadero carácter.
Hoy tenemos que hablar de una de esas tradiciones que están volviendo para quedarse. Eso a lo que el mundo entero llama brunch –un almuerzo contundente a medio paso entre la comida y el desayuno–, tiene su propio nombre y especificaciones en Cataluña desde hace ya muchos años. Todo está inventado. Se llama “esmorzar de forquilla” y no hay mejor manera de empezar el día. Al menos no con tanta energía.
La reapertura y renovación del mítico Bar La Esquina, en la calle Bergara 2, cuya carta y concepto rinden tributo a la cocina catalana, es un indicador claro de cómo esta tradición se está abriendo paso de nuevo. Aquí puedes comenzar tu día sentado en las barras que blindan el local o cualquiera de sus mesas pidiendo un pincho de tortilla, una butifarra de Calaf con alubias de Santa Pau y salteado de setas y ajos tiernos, o un plato de huevos fritos con sobrasada y miel o panceta asada. Consulta su carta al completo aquí.
¿Qué es esmorzar de forquilla y de dónde surge?
El término "esmorzars de forquilla" se traduce literalmente como "desayuno de tenedor", y para muchos fue el famoso escritor catalán Josep Pla quien lo habría acuñado, a pesar de ser una tradición que se remonta a siglos atrás. Lo hizo por algo que le llamó la atención y que ocurría en la bicentenaria Fonda Europa de Granollers, los copiosos y abundantes desayunos con cuchillo y tenedor que disfrutaban los arrieros y vendedores antes de trabajar. Eran más que una simple comida y se convertían en un ritual social. Un momento para relajarse y tener una amigable conversación en buena compañía.
Un menú rico en cuanto sabor y tradición
El menú de un “esmorzars de forquilla" es una oda a la cocina catalana. Comienza con "pa amb tomàquet", una rebanada de pan tostado untada con tomate maduro y aceite de oliva, seguido de una variedad de embutidos como fuet o llonganissa. Los huevos son una parte esencial de la experiencia, ya sea en forma de "truita" (tortilla) o "botifarra amb ous" (salchichas con huevos). Y, por supuesto, no se puede pasar por alto el queso, que a menudo se sirve con higos frescos.
Cuatro cosas que debes tener en cuenta sobre el esmorzar de forquilla
- Suele ser calóricamente contundente así que en los meses de temperaturas más suaves o frías es cuando más apetece. En verano también, pero recuerda hacerlo antes de que el sol golpee fuerte.
- Tiene que comerse sentado.
- Acompáñalo de cerveza o vino con porrón. La tradición es la que manda.
- Ingredientes de calidad y de cercanía con recetas tradicionales. Los productos modestos y comunes son la clave.
Los "esmorzars de forquilla" han perdurado a través de los tiempos, resistiendo las tendencias gastronómicas modernas para mantener vivo un pedazo de la auténtica Barcelona. En Barcelona, no se trata solo de alimentarse; se trata de sumergirse en la riqueza de la cultura local a través de su comida. Así que la próxima vez que visites esta hermosa ciudad, olvídate del brunch y únete a la tradición de los "esmorzars de forquilla".